
Los destinos eran 4 lugares:
1- Casa o cielo del sol
Estaba destinado a los guerreros muertos en combate o capturados para el sacrificio, así como para las mujeres muertas dando a luz por primera vez, que se consideraba como un combate.
2- Tlalocan
Conocido como el lugar de constante verano donde las plantas siempre estaban verdes, se destinaba a todos los que morían en relación con el agua.
3- Mictlán
Era el sitio adonde iban los que morían de cualquier otra forma de muerte no asociada a la guerra y el agua
4- Chichihualcuauhco


Altares de muertos.

El altar de muertos es una construcción simbólica resultado del sincretismo de las ideologías prehispánicas, la cosmovidion endémica de las culturas mesoamericanas y las creencias religiosas europeas de carácter Abrahamico o traídas por los conquistadores y misioneros españoles encomendados a la colonización y conversión de los pueblos nativos del actual territorio mexicano. Las creencias mesoamericanas sincréticas, para rendir tributo a los antepasados familiares, a los difuntos cercanos o a personajes importantes.
Estos altares, producto del sincretismo religioso, guardan todavía una enorme similitud en elementos simbolismo y estéticos con los Tlamanalli (del náhuatl – Tlamana: ofrecer, -lli sufijo, «La Ofrenda»), elaborados por los grupos que aún guardan la tradición de los pueblos originarios.
Los indígenas de Mesoamérica, como casi todos los habitantes prehispánicos del resto del continente, compartían la creencia de la existencia de una entidad anímica en el cuerpo que daba identidad y conciencia al ser humano y que lo abandonaba al morir para ir a una existencia ultraterrena. Los aztecas identificaban dicha sustancia inmortal con el «teyolía», radicado en el corazón, mientras que para los mayas tal esencia recibía el nombre del «ol». Dicha conciencia pervivía en el lugar de los muertos en donde seguía requiriendo alimento, reconocimiento y algunas otras ayudas espirituales que podían ser otorgadas por los vivos para permitirles continuar su existencia inmortal. Lo anterior generó el desarrollo de un culto a los ancestros bastante difundido en Mesoamérica.
El registro arqueológico de los pueblos mesoaméricanos da testimonio de que en los ritos funerarios de estas civilizaciones era bastante común dejar en la sepultura objetos de uso cotidiano, herramientas del oficio del difunto, joyería, ropas, alimentos, piedras semipreciosas, entre otras cosas para ayudar al difunto en su travesía y estancia en el otro mundo

Los orígenes de la tradición del Día de Muertos son anteriores a la llegada de los españoles. El altar de muertos es un elemento fundamental en la celebración del Día de Muertos. La representación de los altares de muertos ha cambiado a través de los siglos desde la introducción de la religión católica en el México prehispánico, esto debido a que se han incluido elementos simbólicos que no pertenecen a las culturas mesoamericanas, como imágenes religiosas católicas (rosarios, crucifijos e iconos sacros).
La estipulación de la festividad religiosa del Dia de Todos los Santos se conjuga con el Día de Muertos. En tiempos de la Conquista de Mexico se intentó convertir al catolicismo a los pobladores de Mesoamérica. La tradición «se resistió a morir» y poco a poco se le fueron incluyendo elementos de las culturas europeas.
Tanto como altares, al igual que las ofrendas son nuestra muestra de cariño hacia los muertos mejor conocidos como seres del más allá.
La construcción y representación del altar de muertos varía según la idiosincrasia y los elementos disponibles en una determinada región, así como de la cosmovision de las diferentes culturas y etnias.

Niveles de los altares de muertos.
Los niveles en el altar de muertos representan la cosmovisión, regularmente representando el mundo material y el inmaterial o los cuatro elementos, en cada uno de ellos se colocan diferentes objetos simbólicos para la cultura, religión o la persona a la que se le dedica el altar.
- Altares de 2 niveles: son una representación de la división del cielo y la tierra representando los frutos de la tierra y las bondades de los cielos como la lluvia.
- Altares de 3 niveles: representan el cielo, la tierra y el inframundo. Debido a la introducción de ideologías de las religiones europeas, ha cambiado su significado a dos posibles, pudiendo representar la tierra, el purgatorio y el reino de los cielos, o bien, los elementos de la Santísima Trinidad según la tradición católica.
- Altares de 7 niveles: son el tipo de altar más convencional, representan los siete niveles que debe atravesar el alma para poder llegar al descanso o paz espiritual. Según la práctica otomi, los siete escalones representan los siete pecados capitales. Se asocia el número siete con el número de destinos que, según la cultura azteca, existían para los diferentes tipos de muerte.
En diferentes culturas, particularmente en la Azteca, se creía que existía un proceso para nacer y otro para morir. Así, cuando el alma abandona el cuerpo físico debe pasar una serie de pruebas o dimensiones para llegar al ansiado descanso. En la cosmovisión azteca el alma de una persona debía pasar ocho niveles en el Mictlan (inframundo de aquellos que mueren de causas naturales), cada uno representaba una prueba para llegar al noveno nivel en el que se llegaba ante Mictlantecutli y su esposa Mictecacihuatl, llegando al descanso eterno. El dios azteca Xolotl era el psicocampo de las almas en el camino.